Casos complejos y equipos interdisciplinarios

El trabajo en equipo es una realidad en nuestro trabajo cotidiano, imprescindible cuando atendemos pacientes con varias situaciones para abordar.

Recibo un tipo de consultas que en general, requieren de una intervención múltiple. Por eso trabajo con mucha frecuencia con otros terapeutas: psicoterapeutas, fonoaudiólogas, terapistas ocupacionales, psicomotricistas,  maestras integradoras. Médicos consultores: pediatras, neurólogos, psiquiatras.

Con cada uno de los especialistas con que la familia de mis pacientes decida consultar, tendremos vínculo a través de hablarnos, o vía informes, o idealmente en persona.

Podría decir que a lo largo de los años no tuve buen entendimiento con todos, eso es natural. Y sé que cuando logramos un buen componente de confianza en la tarea del otro, el esquema de trabajo que se puede plantear fluye distinto.

 

¿Cómo hacemos en los casos que se necesitan tantas ayudas?

 

Ya les conté que trabajo con niños y niñas que tienen importantes desafíos en el desarrollo. Por ejemplo: cuando alguno tiene dificultades en el desarrollo del lenguaje puede haber dificultades también en el desarrollo cognitivo, seguramente también en la comunicación, en sus formas de vincularse consigo mismos y con otros, en sus modos de incluirse en la escuela. O pacientes que tienen un diagnóstico específico, y que por su condición,  requieren ayudas para su desarrollo personal y logros de autonomía. Por eso a veces, somos muchos los especialistas para aportar.

Entonces surge esta primer cuestión: ¿Podemos estar todos trabajando al mismo tiempo, todo el tiempo?

La verdad es que no. Pero podemos en conjunto decidir prioridades y abordajes integrales.

Cada uno de nosotros debería decidir si su intervención es prioritaria, o puede esperar a otra fase del trabajo.

Desde nuestro quehacer, el de cualquiera de los participantes, es importante que podamos ver cuáles son los antecesores necesarios para que nuestra intervención sea lógica y posible. Tal vez tenemos que empezar a trabajar inmediatamente. No hay tiempo que perder. O podemos esperar a que se produzcan avances en un aspecto previo y necesario para que podamos tomar acción. Por ejemplo que se elaboren cuestiones básicas de la construcción familiar a través de una psicoterapia.

Menciono un caso: se trata de un niño con un importante trastorno del lenguaje, que está siendo atendido en psicoterapia y en tratamiento neurolingüístico. Yo tengo muchísimo para hacer, porque cuando hay demoras en la construcción del lenguaje, las bases del pensamiento, de la construcción de conceptos, y todo lo que viene atrás (lectoescritura, comprensión, etc etc….), se ven afectadas también. Todos estos son aspectos solidarios que separamos para poderlos teorizar, pero que son procesos íntimamente relacionados.

Luego de la evaluación propuse a la familia primero, y luego a mis compañeros de equipo, hacer un acompañamiento a ambos tratamientos desde el asesoramiento externo, por así decirlo. Y trabajar con las docentes sugerencias y pautas que faciliten cuestiones en la escuela. Esto fue muy bien aceptado por ellos, y por la escuela que va viendo enormes avances en este nene desde el trabajo que se está haciendo. Repito: psicoterapia y lenguaje. Y una escuela que lo mira y escucha con mucha atención.

¿Podría yo haber iniciado tratamiento con el niño? Es posible, pero hubiera comprimido mucho las posibilidades de intervenir de mis compañeros.

Todo junto hubiera sido iatrogénico. ¡Además de que no hay familia que lo resista!

Este nene tiene varias horas de escuela, más varias sesiones de terapias semanales. La energía puesta en este proceso intensivo, se hubiera visto alterada si agregábamos un abordaje más. Y los avances de verdad se están viendo.

Los papás saben que en la medida que haya progresos en las otras áreas, mi intervención va a tener que incluirse. En esta fase del proceso estoy en diálogo con la familia, con la escuela y con el equipo, y soy parte, aún cuando no tengo contacto directo ni frecuente con el nene, pero sí con sus producciones y a través de los reportes que me comparten. Nos reunimos con los papás, con los terapeutas, asisto a las reuniones en la escuela, y pensamos entre todos las decisiones a tomar.

Otro caso distinto. El equipo está formado por la psicoterapeuta, la fonoaudióloga, yo la psicopedagoga y un APND que tiene un vínculo maravilloso con este nene. Trabajamos juntos desde hace dos años. Antes de eso trabajaban la psicóloga y la fono. Los progresos son notorios y la psicóloga considera que ya puede ir bajando la frecuencia de sus sesiones. Ella lo planteó en coincidencia a mi percepción de que ya hay condiciones en el nene y su familia para que desde la Psicopedagogía se pueda trabajar con más profundidad algunas cuestiones que antes no hubiéramos podido. Este nene todavía no estaba preparado para lo que se viene. Pero ahora sí, entonces decidimos entre todos, que siendo que las condiciones están dadas para re-pautar nuestro trabajo, vamos a aumentar la frecuencia de psicopedagogía y de a poco propondremos retirar algunas ayudas en la escuela.

 

¿Cómo nos vinculamos con las profesiones con las que dialogamos?

 

Les propongo entonces un lema para la reflexión y las decisiones que compartamos con los otros profesionales, y es que los que trabajamos con niños y niñas en desarrollo el centro de toda nuestra intervención sea el/la paciente y su familia.

¿Qué errores podemos cometer si perdemos esto de vista?

  • Que dentro del equipo interdisciplinario se trabaje desde visiones parcializadas por la super-especialización,
  • Que nuestros egos se jueguen en quién toma el lugar de coordinador líder,
  • Que haya desconsideración por los tiempos del equipo y se dificulte la colaboración desde cuestiones prácticas, como no flexibilizar horarios para podernos reunir, o no responder mails a tiempo, o no compartir la información, o tomar decisiones sin consultarlas al equipo.
  • La tendencia a polemizar entre profesionales, perdiendo de vista aquello que nos convoca, es decir nuestro/a paciente y su familia.

Tengo ejemplos de cada uno de estos ítems, y lo dejo ahí porque el plan aquí es pensar lo constructivo y no quejarme de lo que obstaculizó el trabajo. Pero deberíamos tener en cuenta que lo que sabemos del paciente o lo que nos aportaron desde otros abordajes no es nuestro, es del paciente. Así entonces es fundamental que esa información circule en los distintos niveles y sentidos. Obviamente y sin dudas, respetando el secreto profesional que incumbe a cada profesional, si? Esto es un punto inamovible.

Pero ya que estoy… me quejo.

Hace unos años recibí a una paciente, que tenía su terapia psicológica y su trabajo fonoaudiológico. Las dificultades de esta nena eran enormes, enormes en todos los niveles, y mi ingreso a la asistencia de ella y su familia era fundamental. De hecho creo que la intervención psicopedagógica permitió una serie de cambios que beneficiaron en muchísimos aspectos a la vida de toda la familia.

En cuanto terminé la evaluación me presenté a ambas profesionales, que no se hablaban entre sí hacía meses, y tuve dos tipos de recepción. Por un lado, la fono tomó muy en cuenta todas mis observaciones, y las incluyó en su perspectiva. Supo incorporar mis apreciaciones y dar sentido a cuestiones que ella también veía pero que no tenía claras desde su especialidad, y me ofreció su perspectiva, la cual me resultó muy valiosa.

También me presenté a la psicóloga. Intento ir al consultorio del otro, acomodarme si puedo a sus horarios. Hago este trabajo extra aunque mucha gente no lo haría de ningún modo e igual trabaja, no es que no se pueda seguir sin reunirnos. Pero fue muy esclarecedor. Vivencié lo siguiente: me sentaron (tal cual lo digo) a escuchar un discurso monologado de quién era esa persona, lo reconocida que era, y dado todas sus cocardas, la claridad que podía tener sobre el caso y lo mucho que tenía yo para aprender de ella, sobre todo acerca de lo innecesarias que eran las demás intervenciones. Una experiencia inolvidable, y toda una postura que bloqueó la comunicación y el poder decidir en conjunto las ayudas para esa nena.

Seguir leyendo El equipo en funcionamiento ➡ 

 

Por | 2018-12-20T15:51:53-03:00 noviembre 28th, 2018|[La interdisciplina]|2 Comentarios

  1. María Pujals noviembre 29, 2018 at 7:29 am - Reply

    Buenísimo!!

  2. Daniela noviembre 29, 2018 at 1:57 pm - Reply

    La claridad, la generosidad, lo ameno de la lectura… Cada artículo una gema para todo profesional psicopedagogx.
    Te dije alguna vez que te admiro mucho?

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