¿Qué les está sirviendo a mis pacientes de mi trabajo?
Me lo pregunto por el cambio que esta época nos obligó hacer. Y porque ya me estoy acostumbrando. Me empezó a parecer “normal” llamar a la hora pautada a mi paciente por las vías posibles, proponerle intercambios y actividades dentro de estas nuevas condiciones.
¿Qué les servía en el consultorio? porque tenía buenos resultados, y espero mantenerlos.
- el contacto y la presencia?
- la cantidad/variedad de situaciones que buscamos promover en el contexto de las sesiones?
- el trabajo sobre los objetivos que nos planteamos para cada uno de ellos?
- el tiempo compartido y las cuestiones vinculares?
- el juego, los materiales?
- la pausa y el momento seguro de hacer algo que no puede en otros lugares, pero en la sesión con calma y sin miradas expectantes, empieza a salir?
Ahora no hay contacto concreto, no se mantienen los juegos, no tenemos disponibles los materiales. Sin embargo, y lo digo con gran alegría, veo progresos en algunos de mis pacientes. Compruebo que no se interrumpió el proceso y hay cambios.
Y eso me pone a pensar en cuál es la clave de nuestro trabajo. Por ejemplo, es tan importante tener tantos juegos? o contar con los libros, o cerrar la puerta del consultorio para que podamos concentrarnos?
Ahora se ve con más claridad que todo ese conjunto de elementos, en verdad son el soporte para nuestra tarea. Y que, por supuesto con alternativas, haber digitalizado nuestra actividad, también funciona.
Podría ser entonces que esas situaciones no son determinantes de mi intervención si mantengo el trabajo en forma activa, considerando que por sobre los recursos con los que trabajo o la forma de conectarme:
- tengo un buen diagnóstico de situación de mi paciente,
- identificados los puntos de mayor capacidad y los de mayor dificultad,
- y sostengo en la mira mis objetivos, los objetivos asociados y propuestos en función del motivo de consulta.
Y agrego!! que si yo en medio de estas situaciones clínicas
- acepto que estoy aprendiendo,
- que estoy buscando herramientas y alternativas,
puedo – podemos- seguir proponiendo un trabajo psicopedagógico.
No es “dar clase”, no es un pseudo-contacto, no es pasar el ratito. Es una sesión de tratamiento psicopedagógico. Lo/la estoy escuchando, trabajo las dificultades, y lo que hay en nuestro encuentro es una variante a lo que ya sabíamos, pero es.
Hermoso estar viviendo esto. Ojalá hubiera sido por otras causas, pero cada semana me siento más cómoda con esta forma de teletrabajo.
Quería compartir con ustedes este nuevo balance, porque se asoma una temporada larga por delante en esta modalidad, y quiero estar segura de que esto está bien encaminado.
Cuéntenme ustedes, cómo lo están viviendo, qué observan en sus pacientes?
Psicopedagoga
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