Saber decir adiós

Tiempo estimado de lectura: 5 minutos.

Podría referirme a la canción de Cerati porque coincido totalmente en que saber decir adiós es crecer. Y más o menos hoy escribiré sobre esto. Nuevamente quería pensar cómo hacer un buen cierre en un tratamiento, tal vez de un trabajo de muchos años.

Algo ya escribí 👉🏽 aquí a principios de año. Ahí me planteaba algunos objetivos para trabajar con los nenes que iban a venir a tratamiento.

Y ahora, pasado el año escolar o académico, el año de trabajo terapéutico, que no es el año calendario pero que en la mayoría de los consultorios que trabajamos con niñ@s un poco se impone, estamos en mes de balances, cierres, nuevos compromisos y en muchos casos despedidas.

Voy a hacer referencia a una entrevista en la que yo fui co-terapeuta y que viví como una experiencia de aprendizaje ante mi colega. Me conecté desde el lugar de espectadora, observadora participante, en los detalles de su comunicación y su vivencia, la forma en que ella se expresaba y conmovía, detalles que a veces desde adentro del juego no podemos ver.

Con frecuencia hacemos reuniones conjuntas con las terapeutas del lenguaje de mis pacientes. Con esta profesión compartimos muchos puntos y perspectivas y cada vez estoy más convencida de que juntas hacemos un todo.

El desarrollo cognitivo está indiscutiblemente ligado al desarrollo del lenguaje, y viceversa. Así es que la perspectiva de la terapeuta del lenguaje y la mía como psicopedagoga casi no pueden desvincularse si queremos comprender efectivamente lo que va sucediendo en casos donde hay alguna condición de base. Como dice esta frase que me organiza tanto: el lenguaje es solidario a otras funciones,  porque la palabra, el sostén, las situaciones dialógicas son el primer motor del desarrollo, y no hay discusión en que el lenguaje es la función que nos humaniza y permite que se produzcan nuestras infinitas posibilidades.

Por lo tanto, no es extraño que la intervención en niños pequeños muchas veces se inicie en la esfera de la Fonoaudiología. Si hay dificultades en la expresión oral, en la forma de comunicarse de un hij@, la preocupación toma lugar en los primeros tiempos. Por eso estas profesionales atienden chicos desde muy chiquitos. Este es uno de esos casos y al día de hoy pasaron varios años.
Por supuesto que en el medio se solicitaron nuevas intervenciones, como la mía cuando algo del aprendizaje se puso en juego. Y antes que yo la psicoterapia, porque si fono + psicopedagogía hacen un todo, los aspectos profundos y los modos de vincularse de una persona y su familia son la base total.

Y así vinimos trabajando junto a su familia y escuela en hermoso equipo.
Entonces nos reunimos ella, yo y los papás de nuestrx paciente. En esta entrevista ella iba a plantear el logro de los objetivos de la última etapa, a animarlos a que aquello que queda por trabajar seguramente evolucione de manera natural en el mundo real, y que la psicoterapia ahora va a tener un rol fundamental. Y se iba a despedir, dando un alta impensada hace un tiempo.

En varias ocasiones ella dijo: «así como estamos hoy, nuestrx niñx tiene muchas herramientas» y sentí que entrelíneas y de un modo muy cuidado estaba proponiendo un desafío a la autonomía, en un caso donde antes todo era dependencia.

Por un lado me emocionó el modo en que se implicaba en el nosotros, como parte inseparable del proceso de estos años junto a esta familia. Por el otro sentí la sorpresa, no tan inesperada en los padres, que decían incrédulos y emocionados «parece mentira» teniendo ante sus ojos el informe que relataba dónde empezaron y cómo es el hoy.

Pero también me parece fundamental tomar cuenta de que cuando damos un alta, o damos fin a un tratamiento, no se trata de dejar la cancha limpia, «impoluta» para el partido de las estrellas. Se trata más bien de dar apoyos y ayudas durante el tiempo que haga falta, que se pueda, de dar herramientas, ayudar a que el paciente se asuma responsable y activo desde su lugar y cuando la respuesta sea que está pudiendo, será el momento de soltar, de a poco, con cuidado, respetando los tiempos, y sabiendo decir adiós.

Así fue esta entrevista. La emoción nos absorvió a todos.

Porque estábamos repasando, haciendo mención de lo que el trabajo de ella enfocó durante estos años:

  • Conocer y comprender los procesos del lenguaje y los «desfases» / dificultades
  • Plantear los objetivos correspondientes
  • Diseñar intervenciones ad hoc
  • Trabajar mucho, muchísimo con la familia, interviniendo empáticamente, según cada etapa y las distintas necesidades que surgieron a lo largo de este tiempo
  • Abrir un diálogo respetuoso e interesado con los otros profesionales y escuela
  • Y de a poco ir preparando el pasaje hacia otra etapa en el abordaje, donde los cambios y la evolución de nuestrx paciente requieren otras ayudas y escuchas.

Fue un placer presenciar este momento técnico, ordenado, cálido, emotivo, recapitular con ellos hacia etapas donde yo no estuve y poder imaginar futuros y deseos.

Esto es trabajar bien. Al menos así quiero trabajar yo. Desde la formación y seguridad en la profesión, pero desde una enorme humildad y humanidad.

Gracias por tu lectura y la semana que viene nos despedimos. porque el verano ya está aquí 👋🏽.

María Inés Acuña

Psicopedagoga

Por | 2020-02-20T08:02:40-03:00 noviembre 28th, 2019|[Ser Terapeuta]|4 Comentarios

  1. Karina noviembre 29, 2019 at 9:56 am - Reply

    Muy bueno!! Gracias!

  2. Marcela noviembre 29, 2019 at 2:04 pm - Reply

    Felicitaciones por tus palabras!! Lo haces con mucha claridad y siempre desde el lugar de la humildad.
    Mis cariños para vos. Muy buen trabajo!!

  3. Silvia diciembre 1, 2019 at 12:58 pm - Reply

    Es un placer leerte. Se evidencia tu compromiso con los pacientes y tu pasión por la profesión!

  4. Maura febrero 9, 2020 at 2:45 pm - Reply

    Impecable artículo!

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