Uno de los temas que más nos consultan a los Psicopedagogos es cómo se puede ayudar a los chicos a que hagan la tarea sin ayuda. O sin tanta ayuda.
Qué tema, no? Porque somos padres o madres, no maestros. Y parece que en casa se va a jugar el éxito de la escolaridad.
Revisemos juntos de a poco estas ideas y luego te ofrezco algunas estrategias que podés poner en acción sin ser especialista.
Primero creo que hay una idea equivocada de que los chicos no hacen la tarea solos por una cuestión de voluntad, porque no ponen el esfuerzo que corresponde. Habrás dicho mil veces «ay… dale! ponele onda!!», no?
Yo lo hice. Y no logré nada con esa frase.
La verdad es que administrar
-
- los tiempos de trabajo – tiempos de descanso,
-
- anticipar cuánto esfuerzo y
- qué recursos se ponen en juego ante determinados requerimientos,
es algo que solamente se aprende con el uso.
Y los adultos tenemos mucho que ver con que los chicos vayan construyendo estas habilidades.
Tal vez de chiquito lo fuiste animando a pequeñas acciones en tu casa: que te alcance el vaso luego de usarlo, guardar un juguete en su lugar, dar de comer al gatito, cerrar una cortina.
Doy este ejemplo pensando en un paciente que es un especialista en cerrar / abrir cortinas según la luz que tenemos o verificar si hace frío o calor, se abriga, desabriga, me consulta si estoy cómoda con la temperatura, si quiero que prendamos el aire acondicionado. No tengo dudas de que en esas decisiones que él toma, hay una historia de consulta y orientación por parte de sus padres.
Este es un tema que me fascina, ¿cómo vamos democratizando el poder de iniciativa con nuestros niños? ¿Todo lo decimos / decidimos nosotros? ¿Vamos generando pequeños dominios de autonomía? ¿Los estamos preparando para que a largo plazo, el día que lo necesiten, puedan saber, puedan discriminar internamente, puedan elegir por sí mismos? Pero no me distraigo, esto lo sigo en otro momento. (1)
Todo esto tan simple en edades bajitas, eso a lo que hayas dado valor como acción cooperativa, va a ir evolucionando y creciendo junto a él/ella.
Una buena pauta en este punto es explicitar estos logros. Es muy importante ir generando conciencia en tu hijo/a de los avances que va produciendo. Son logros de los que deben sentirse orgullosos todos. Porque antes no estaban, y ahora sí. Y que pueda reconocer lo que ahora sí puede es muy bueno para él en su accionar diario, y en la construcción de una imagen positiva de sí mismo/a.
Por eso tenele paciencia, porque está aprendiendo.
Si te enojás, perdés. No hace falta que te lo diga: los roces y tensiones que se generan en estas escenas dejan un mensaje implícito que es realmente negativo para tu hijo.
Otra variante es que te metas mucho en su trabajo. Si sos de las mamás o papás que saben todo lo que hacen en clase, el tipo de cuentas que están practicando, los conceptos de Ciencias Naturales … cuidado: tomá perspectiva.
Si le hacés la tarea o lo guiás demasiado de cerca, estás ubicándolo en el lugar de «ves! no podés! y si no te ayudo (ejemplo) nos quedamos sin comer!». Entiendo que es sin mala intención, pero estás llevando la escena a una situación inevitable de reproche.
Ya sé, me vas a decir «pero si no, no lo hace…». Si de verdad hay dificultades que frenen la resolución de las tareas, te sugiero que lo charles en la escuela y luego, si lo amerita podés consultar a una Psicopedagoga. Tal vez tu hijo/a no puede por otras razones y necesita ayuda especializada.
Entonces, aquí va mi primer consejo y te digo afectuosamente: si no podés hacerlo vos, delegalo en otra persona.
Reconocé tu impaciencia, tu cansancio, tu falta de destreza con la tarea. Correte y recuperá la armonía en el vínculo con él/ella. Hagan otras cosas juntos y disfrútenlas.
Pensá en alguien piola para esto. Ese será tu aporte. Proveer a la mejor persona posible para que hagan la tarea juntos.
Muchas abuelas aman estar con sus nietos. Yo hacía tarea con mi abuela y ese espacio fue nuestro por muchos años, me acuerdo con mucho afecto de esa ayuda. O una prima más grande, o alguna persona de tu confianza que lo pueda ayudar. Y si ese recurso no funciona, buscá una maestra particular que en una o dos veces por semana seguro podrá ayudarlo bastante.
La hora de hacer tarea
Esta escena la reconoce cualquiera:
Llega a casa el niño o niña en cuestión, cansado de la escuela, después de haber estado 8 horas a disposición de sus maestros, respondiendo a múltiples desafíos emocionales, cognitivos, sociales, físicos, a toda una demanda multisensorial, que extenúa. De haber almorzado en un taper, (en un taper … diariamente!!) o en un comedor lleno de chicos que se mueven, que gritan, escuchando los insistentes llamados de atención de las maestras a cargo que piden calma.
Una infidencia … secreto total entre vos y yo: a las maestras las desarma ir al comedor, es la hora de mayor stress en la escuela para todos, justamente… a la hora de almorzar. Y aunque estos chicos coman algo saludable, tal vez no necesariamente rico, el ámbito no genera condiciones para que se disfrute de la comida, al menos como en mi diccionario figura lo que es un buen almuerzo para luego seguir trabajando.
Llega a casa tal vez, luego de un viaje de más de 40 minutos en camioneta, con el ruido y excitación de un grupo de compañeros, con los que en ciertos casos puede divertirse, pero muchas otras veces puede sentirse fastidiado y sobreestimulado.
Toma una merienda sin ganas, mirando televisión o tablet algo que (por fin, tal vez sentirá) le da tranquilidad. Algo que refleja en su mente lo que de verdad le gusta. Que le permite acallar tanto ruido externo, y puede sintonizar con él mismo a través de las aventuras de esos superhéroes o muñequitos, personajes que hacen y cometen todo tipo de transgresiones que él/ella quisiera poder hacer en sus rutinas, o que viven mundos de ensueño, casi alucinógenos.
Y vamos los adultos a interrumpir ese espacio de quietud externa – sosiego interno, con nuevas obligaciones.
Yo también me enojaría. Que me pongas en mi casa, después de horario, a seguir cumpliendo con algo que no me interesa, que no siento significativo, y que además lo tengo que hacer con este cansancio? Y, no …claro que me enojaría y respondería ya voy… no es porque no quiera. Es porque no puedo. Porque ya no doy más.
Los adultos exigimos mucho a nuestra infancia. Yo al menos – contame vos – almuerzo tranquila. Busco estar al sol, o escuchar música un ratito. O leo algo que me guste. O llamo a una amiga y converso. Los adultos nos hacemos el tiempo para repararnos.
Ellos no. Todo el día les pedimos que respondan a las demandas que les hacemos, manteniendo el gran objetivo de que tengan muchos recursos (así lo decimos), que sepan muchas cosas para enfrentar los miles de desafíos que la vida les va a poner.
Permítanme decir que si nuestros niños y niñas sobreviven con buena salud mental a esta vida que les ofrecemos, no van a necesitar ni saber inglés, ni ser genios de la matemática, ni nada que un taller o escuela les pueda dar. Ya están preparados para todo desafío que les toque superar.
Pero vamos a lo que me propuse escribir y que es mucho más sencillo que cambiar la realidad de la vida en la ciudades y proteger a nuestros cachorros.
Dicho esto, y si estás dispuesta/o a hacer tarea con tu hijo, sigamos.
Buenas prácticas a tener en cuenta
Antes que nada deberíamos poder discriminar de verdad si es un tema de disposición o si hay que ofrecerle al chico o chica ciertos recursos para que pueda organizarse.
🧘 Si tu hijo o hija ya tomó su merienda, dale tiempo de descanso y relajación. Necesita volverse a alinear interiormente con el estar en casa, con lo confortable de su hogar y sus pertenencias.
📚 Permití un momento de pre-tarea. Esto es comenzar a organizarnos, sacar los útiles, buscar algo que necesitemos. Podríamos llamarlo precalentamiento o caldeamiento. Si ese tiempo se prolonga, ayudalo a ir llegando a la ejecución de la tarea. Pero ese tiempo previo, produce el efecto de ir activando los recursos propios necesarios para que al entrar en tarea la disposición sea adecuada a la demanda de la actividad.
⏰ Anticipá junto a él o ella cuál será el horario en que van a hacer la tarea. No revolees un «¡dale! hagamos ya! que me tengo que ir a cocinar, se me hace tarde!», porque ese es tu problema, no el de él o ella.
Tu rol será el de ayudar a regular los tiempos de tareas y estar disponible. Al principio estarás más cerca físicamente. De a poco retirate a hacer otras cosas y solamente vas a volver para revisar juntos o responder preguntas.
📆 Agenden los días necesarios una media hora, cuarenta minutos como mucho para resolver y repasar todo lo que tengan para el otro día o para ir cumpliendo de a poco la tarea de esa semana. Si tu hijo/a trabaja con buen ritmo, 40 minutos es muchísimo y debería alcanzar. Más tiempo que eso se debería dedicar solamente a pruebas especiales.
⏱ Cuando se sienten juntos a trabajar, pongan una alarma que ayude a registrar el tiempo cumplido. Si hace falta agregar más, va a necesitar tomar un pequeño recreo (vaso de agua, ir al baño, lavar la cara, nada más para no desengancharse) y agregar de a 15 minutos. Ya no media hora. Si hacen esto, le vas a estar ayudando a aprender a gestionar sus tiempos y a autorregularse. Y ese aprendizaje es para toda la vida.
☎ Si notás que la tarea supera ese tiempo de trabajo, deberías ponerte en comunicación con la maestra. Tal vez tu hijo/a está necesitando más tiempo en clase y por eso quedan pendientes para casa. Hay que entender qué pasa ahí, tomando en cuenta todos los elementos del sistema (alumno – maestra – contenido – ambiente – etc. etc.) O saber si están teniendo más tarea por alguna razón especial (próxima prueba – ensayos de actos o campamentos que ajustan la agenda, …)
👩🏻🏫 Siempre la maestra debe ser tu referente, no uses el Whatssap de madres como espacio de confirmación porque cada chico es distinto. No te dejes confundir, la maestra sabrá responderte.
📝 Dispongan de un espacio sin distracciones para hacer esa tarea.
📚 Lo ideal es que vos no lo ayudes. Debe poder por su cuenta. Las tareas bien planificadas se deberían poder resolver recurriendo al material trabajado en clase.
📖 Puede ocurrir que la maestra use otro método distinto al que usaron tus docentes en tu proceso de aprendizaje. No lo contradigas. Esa forma de trabajo está enmarcada en todo un proceso didáctico que lleva varias semanas o meses de trabajo. Intentá encontrar la lógica a cómo lo hacen.
🖥 Si tu hijo no puede explicarte cómo es, y si no tenés acceso a la maestra para que te oriente, busquen tutoriales en Youtube. Hay de todo. Tu ayuda de adulto aquí será acompañar y orientar la búsqueda. No dejes que se quede con el primer resultado. Yo uso muchos de estos videos en sesión cuando con mi paciente necesitamos consultar algo específico.
En mi opinión, bien usado este material, tiene la ventaja de que para tu hijo es un lenguaje propio, muchas veces informal y dinámico y que brinda una apoyatura visual que le va a facilitar además de la comprensión, el poder recordar mejor. Estará incorporando información por varias vías sensoriales. ¿O vos creías que va a recordar todo lo que le digamos o lo que dice su maestra? En esta época más que nunca, a las palabras se las lleva el viento…o el wifi.
🖌 Pedile a tu hijo que te explique «¿cómo dijo tu seño que hay que hacerlo? o ¿dónde está lo que ella explicó? ¿en el libro, el cuaderno? Ayudalo a aprender cómo consultar dónde buscar la información.
❓ Si no lo pueden resolver, si quedan dudas, ayudalo a construir la pregunta que le va a hacer a la maestra para corroborar, o terminar de entender ese contenido. Y practiquen cómo se lo va a decir.
😉 Si tiene vergüenza, si la maestra no es tan accesible, si necesita ayudas extra, necesita practicar con vos, ensayarlo, para que pueda ir más seguro/a a la escuela con esa misión a realizar.
Esto va a ser mucho más interesante en su construcción de autonomía, que si vos le hacés la tarea.
🎒 Cuando terminen, se debe dejar la mochila preparada para mañana, con lo que corresponde a la materia del día. No hay nada más incómodo para un chico que no tener sus elementos, y fijate que las maestras lo notifican inmediatamente: «Fulanito no pudo trabajar en clase porque no tenía los materiales». Esa tarea sí es tuya. Tu hijo te tiene que avisar si necesita algo, pero vos lo tenés que ayudar a conseguir y tener los materiales. Preguntale si necesita algo y consíganlo hasta que se acostumbre a armar su lista mental de cuestiones escolares.
🗺 Si puede salir solo a la librería, dejalo que vaya. Es importante que se acostumbre a tener sus materiales en orden con anticipación. Además le estás generando un sentimiento de autonomía que va a ser muy importante para siempre.
Ahora hay librerías abiertas siempre, pero no me digan que no han buscado mapa político Nro 3 de Asia un domingo a la tarde. ¡Yo sí! Si te pasa eso, consultá en la web del Instituto Geográfico Nacional que están los principales mapas que se usan en primaria, se descargan e imprimen… datazo! O no?
Cuando sí hacen la tarea solos
Es divino ver cuando los chicos empiezan solitos a poner prioridades o recuerdan lo que tienen que hacer o llevar al colegio. En mi experiencia, si no hay motivos relevantes que lo condicionen, desde 3er grado se empieza a consolidar claramente esta responsabilidad. Si tu hijo/hija es más grande que esa edad y está muy dependiente de vos, hay que pensar con más profundidad el asunto.
Pero cuando pueden, cuando lo logran, es una conquista que abre una nueva etapa.
Todos aprendimos esto. Y un día – te juro que es verdad – tu hijo/a va a estar estudiando en la secundaria o en la facultad y vos no vas a tener idea de qué está leyendo. Pero vas a saber que lo está haciendo muy bien.
Confiá. Es un proceso. Hacete cargo de la parte que te toca y dejá que él o ella tome un rol activo. Algunos podrán con mayor soltura, otros con menos, pero de eso se trata aprender.
Para despedirme voy a explicitar un pensamiento que dejé inconcluso unos párrafos más arriba y que es el modelo que trabajo para formar recursos con algunos pacientes ante las distracciones.
Veamos qué fue lo que hice:
(1) Dije «Pero no me distraigo, esto lo sigo en otro momento».
- Advertí que me estaba yendo de tema, aunque hubiera una conexión.
- Me hablé a mí misma.
- Puse pausa a ese desvío.
- Esta frase la dejé pendiente, no abandonada.
- Tomé la decisión de mantenerme en el objetivo principal para no confundirte.
- Retomé la escritura manteniendo el tópico propuesto.
- Cuando terminé todo el artículo, volví y lo redondeé en esto que estás leyendo.
Ayuda a tu hijo/a a detectar estos desvíos, a que los ponga en pausa, y que pueda retomar/ sostener lo que está haciendo. Y díganlo en voz alta hasta que la voz se vuelva interna y pueda hacerlo por sí mismo.
Suerte con el desafío! y espero te haya servido este artículo, contámelo en los comentarios.
Si te gustó compartilo y hasta la próxima!
Psicopedagoga
muy bueno!
Excelente como siempre!
Hay que ponerlo en práctica. Puedo dar cuenta de esto teniendo una niña de 9 años, muchas veces cuesta que se concentren en casa y la pregunta eterna de «debería estar haciendo esto sola?» «O está bien que siga necesitando ayuda?»
Ella sólo va 4 hs al cole, algunas veces 5 por el contraturno. Y hace un tiempo me di cuenta que traía demasiadas cosas sin hacer desde el cole. Por lo tanto la primer medida fue dar cuenta de por qué tanta tarea sin terminar (El problemita de ella siempre fue la charla en clase). Luego de haber explicitado eso, reducimos la cantidad de tiempo que debería usar para hacer tarea en casa.
Eso sirvió mucho!
Me encantan tus consejos acerca de cómo retirar paulatinamente la ayuda, sin «abandonarlos» Y dejarlos a la deriva.
Muchas gracias!!!
Excelente! Lo tendré en cuenta en mi práctica como psicopedagoga para aconsejar a las familias y también lo compartí en facebook…
Además se los comparto a mis hermanos para que lo apliquen en sus «luchas» que tienen con mis sobrinos por este tema! jaja
GRACIAS MARÍA INÉS!
Espero que les sirva! Gracias a vos Eliana.
Excelente María Inés. Muchas gracias. Lo descargué como decálogo para el año próximo. Mí mayor anhelo es ver en mis hijos autonomía y poder de decisión. El hacer la tarea es un referente que transitamos el camino correcto. Muchas gracias
Muy claro! Históricamente siempre faltó una «mirada respetuosa» hacia el niño. De a poco vamos rompiendo este paradigma, de a poco vamos viendo las necesidades del niño, que muchas veces son similares a las nuestras. También llegamos extenuados del trabajo y tenemos l libertad de optar. Ellos, con la guía adecuada por parte del adulto, también deben tenerla