Esa muchachita que supervisa hoy, fui yo hace unos años.
Traen sus preguntas, traen sus miedos. La ansiedad de hacerse cargo de un paciente, de un caso, sin el dominio ni la seguridad que trae la experiencia. Y se enojan consigo mismas.
Te enojás con vos misma como yo me enojaba conmigo. Y me mandaba a seguir estudiando, a leer más. Me llevaba al escritorio a hacerme fichas con ideas, con resúmenes. Pedía supervisiones para cada devolución. Me quedaba hasta tarde revisando y desmenuzando el material de mi paciente.
Ahora podría decir que fui una valiente, que sos una valiente. Porque siendo tan chiquita, tan joven o tan inexperta según el parámetro que mejor te vaya, estás poniendo el hombro y la escucha a una familia que quiere superar sus obstáculos, los de su hijo o hija, para que puedan avanzar.
Mientras recorrés este camino, obligado y necesario, dejame que te ayudo con algunas prioridades para todo tu trabajo, para siempre:
⭕ Dar lugar a la escucha, porque eso es fundamental, y ya es un cambio del estado anterior a estar en trabajo terapéutico. Que puedan hablar, escucharse, sentir las emociones que los atraviesan en ese proceso, hacerse cargo de lo que se les dificulta. Tal vez podés ayudarlos a no inundarse de culpa, a evitar el flagelado, la sobrecarga de angustia por todo lo que hicieron de más o de menos. Somos como podemos, y es importante poder confiar en que cada uno hace lo mejor posible dentro de sus posibilidades. Y a partir de estar acompañados profesionalmente seguramente habrá más oportunidad de desarmar aquello que sostienen las dificultades. Pero atención, no se trata de suavizar las asperezas. Y por sobre todas las cosas, mucha pero mucha atención ante los casos donde detectes que hay algo distorsionado en el vínculo, y donde podría haber algún daño solapado en ese exceso o falta de amor.
⭕ Dar tiempo a que se produzcan los cambios. No se trata solamente de lo que se hace en sesión o de que las familias asuman las pautas sugeridas y las cumplan, sino de que nuestro paciente tenga tiempo de procesar, de madurar y de incorporar lo que se trabaja.
⭕ Ser muy explícitas, sin inmensas ambiciones, en cuáles son los objetivos que vamos a abordar. Tres, cuatro como máximo. Objetivos que evaluaremos pronto, en tres meses tal vez, y que serán el registro de que vamos bien, o que tenemos que revisar y replantear.
⭕ Pedir y programar entrevistas con los padres aunque sea incómodo. Sobre todo si los papás son mucho mayores que nosotras. Pero escucharlos es fundamental, entre otras cosas para empaparnos de su realidad, de su idiosincrasia. Aprender quiénes son ellos, cómo son va a facilitarnos tanto, pero tanto el armado de hipótesis, que cuando te das cuenta de lo importante que es reunirte, nunca más vas a dejar de citarlos. Nuestro paciente es su hijo o hija, ¿cómo vamos a poder explicarles o explicarnos su funcionamiento general, si no es en base a su propia realidad?
⭕ Preparar el consultorio para trabajar confortablemente. Tener los materiales que nos ayudan a trabajar esos objetivos pensados, tener el ambiente que nos haga sentir cómodas, ocuparnos de resolver las distracciones o espejismos que nos sacan de la real escena terapéutica.
Por último y para no hacerla tan larga, porque podría nombrar varios otros asuntos, pero uno último y fundamental:
⭕ No abrir más puertas que las que puedo atender. No tener más casos de los que puedo sostener, no agregar más horarios que los que puedo manejar, no abrir más temas con cada familia de los que me puedo hacer cargo. No nos rompamos antes de tiempo, porque el cansancio y la sobredemanda son algo muy común en nuestra profesión. Depende de cada uno o una cómo trabaja, y yo siempre elijo, y sugiero, me sugiero, trabajar contenta.
Psicopedagoga
Siempre te leo Maria Inés, mucha claridad en lo que transmitís. Muchas gracias por tus aportes, siempre me suman a mi práctica profesional.
Un cariño grande!
QUé alegría que te sea útil Lucila! un abrazo!
Muchas gracias por estas palabras. Es un verdadero placer leerla. Aún estoy estudiando, falta poco, pero qué valioso es contar con las experiencias de un otro. Y sobre todo, si ese otro lo hace con tanta generosidad y calidez. ¡Saludos!
Pero muchas gracias Agustina!
Muchas gracias Profe, tan clara como en la bellas e interesantes clases de Diagnóstico. En este momento todo lo que vos compartís me viene muy bien. Me recibí en diciembre de 2020, pandemia de por medio. Ahora sigo la licenciatura. Empecé a hacer 2 acompañamientos para ir adquiriendo algo se experiencia. Si bien no es lo que quiero,porque quiero dedicarme a la clínica, tengo muchos miedos. Y siempre pienso cómo va a ser el día que tenga mi primer paciente.
Muchas gracias por todo lo que compartís. Espero que sigas bien ! Besos.
Gracias Lorena! Entonces hay que ir preparandose para el día que comiences a trabajar en lo que querés. Te felicito!
Buenas tardes!!! Muchas gracias por esta reflexión, me sentí muy identificada. Saludos!
Aunque no soy recién graduada me siento como tal: me recibí en 2007 y después de una pausa de 7 años volví a la clinica psp y quería leerte.
Muchas gracias por todas las sugerencias!
Cuando me recibí no había una María Inés y una palabra apropiada; qué bueno que estás!
Abrazo!!
Silvana
Gracias Silvana!! me encanta este comentario! beso!!