Hacer clínica implica revisar y repensar la teoría en función de cada uno de nuestros pacientes. Y de nosotr@s mismos.
Muchas de las cosas que escribo, son mi propia búsqueda, algunas preocupaciones o descubrimientos desde mi práctica.
No son verdades absolutas (¡esas no existen!… avivémonos).
Son intentos provisorios que me animo a seguir compartiendo con ustedes.
Son borradores para que los usen, discutan, aprovechen o cuestionen.
Por eso quiero agradecerles los mensajes tan cariñosos que me envían. Porque me llevan a seguir pensando en voz-virtual alta. Muchos de ustedes están empezando en la profesión y es una época de búsqueda de respuestas.
Bueno … siéntanse cómod@s en esa actitud, porque no es una etapa … es una permanencia.
Estuve releyendo, uno de los textos que más influyó (influye) en mí desde la facultad. Las 8 edades del Hombre, del libro Infancia y Sociedad.
El autor, Erik Erikson, fue psicoanalista, pero también maestro, artista, viajero entre otras cosas. Fue un buscador y su vida tuvo un recorrido sumamente particular. Escapó de la guerra y de la persecución nazi. Vivió en EEUU donde se vinculó con grandes pensadores de esa época. Dicen que se puso ese nombre (su apellido original era otro), cuando obtuvo la nacionalidad norteamericana porque se consideraba hijo de sí mismo: Erik-son = hijo de Erik.
No sé si es cierto, pero su biografía da cuenta de una búsqueda muy personal, y una genial visión del desarrollo psicológico humano.
Él nos plantea 8 etapas a través de opuestos -versus- desde el nacimiento hasta la vejez, donde la capacidad de integración en sucesivos momentos llevan al logro de una identidad, de una personalidad que puede vincularse en armonía consigo mismo, con los otros y con el mundo. Vale la pena leerlo.
Claro, es un texto de los años ’60, por lo que tiene un lenguaje conceptual que se fue superando.
Hoy sabemos que el bebé tiene muchas más capacidades al nacer que las que él (y sus contemporáneos) consideraba, que el amor genuino y la intimidad emocional no se da solamente entre personas de diferente sexo, que las generaciones digitales saben y nos enseñan más a los adultos que lo inverso.
Igual, le sigo encontrando sentido y cada tanto, lo releo.
Me hace pensar en mis etapas y en las de mis cercanos. En la etapa de la vejez por ejemplo. Por mi edad muchos de mis referentes hoy son personas grandes, y saber observar cómo cada quien llega a vivir esta última etapa de su vida es todo un aprendizaje.
Y pienso en mis pacientes. Algunos de ellos son chiquitos, pre-escolares.
Erikson desarrolla para esta etapa la polaridad Iniciativa vs Culpa.
Él dice: “la iniciativa es una parte necesaria de todo acto, y el hombre necesita un sentido de la iniciativa para todo lo que aprende y hace, desde recoger fruta hasta un sistema empresario”.
Hace esta referencia porque su estudio también tuvo una impronta antropológica y había estudiado la organización social en sociedades primitivas. Como dije, su planteo fue original y lúcido. Un psicoanalista que tomó tan en cuenta lo social, tiene mucho para decirnos a los psicopedagogos.
Entonces digo, desde la óptica de la psicopedagogía, poder observar en niños pequeños la posibilidad de “producir” es uno de los ejes que no debemos olvidar.
¿Producir? Si, producir como capacidad de darle sentido al hacer, como la intención de un logro en esos actos primitivos, donde el interlocutor – observador – el que está en vínculo con él/ ella -, puede comprender y recibir eso como algo que significa.
Es aquello que puede hacer el /la niño desde sí mismo como entidad existente, para compartir-mostrar.
Algun@s niñ@s manipulan objetos, se mueven, traen y llevan juguetes, abren libritos, los dejan, piden, abandonan, por el placer y el impulso de hacerlo. Sumamente válido. Y necesario!. Pero hay etapas donde esperamos que ese ir y venir, tenga un sentido reconocible…
✅ para otro niño que jugará con él/ella entendiendo de qué se trata eso inventado …
✅ para un adulto que recibirá eso entendiéndolo y disfrutándolo
✅ para sí mismo, porque tiene un plan y sabe porqué está haciendo lo que hace.
Eso nos estará dando muestras de que su mundo interno se está organizando en la superposición del estar consigo mismo junto a otros, de que cognitiva y emocionalmente está preparad@ para dar una continuidad a ese traer y llevar de objetos.
Y es el germen, el inicio, el arranque, de lo que más adelante serán objetos-extensión de quién es, para poder mostrar y mostrarse qué puede y sabe hacer.
Psicopedagoga
28 de mayo de 2017
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